Vi como sus tímidas lágrimas brillaban
en el lúgubre firmamento.
No sé como lo consigo
pero siempre me guiña un ojo y me seduce a subir con ella.
Me espera en los confines más remotos del mundo,
llora cuando el sol reclama su turno
y me da tediosas conversaciones
y me cuenta sus triunfos,
sus logros y alegrías,
no escucha mis lamentos,
soberbio me mira y goza con mi desdicha.
Las celosas nubes muchas veces tratan
de impedir nuestros noctámbulos encuentros
más no lo logran-
Me suele preguntar si algún dia podré visitarla
y besarla
y hacerla mia
y brillar con ella
yo sólo respondo con una lágrima y un alícaido suspiro.
