Con la pasión muerta y desgreñada,
con el deseo arraigado y vehemente,
y preso de esta lujuria
escribo estos versos sin amor.
Rociabas errante por ahí esos dulces ojos,
esa inocencia plástica,
esos besos oceánicos,
en mi oasis sin pudor.
Soporté y lucí con orgullo
las llagas que tus dardos de miel
dibujaron, indiferentes,
en mi rostro anochecído.
Coleccioné en un cofre de rencor,
que quizá el viento ya se lo haya comido ,
las veces que cantaste
la melodía de la frigidez.
Y ahora, en esta celda sin rejas,
en este panteón sin muerto ni lamentos,
en este precipicio sin caída,
vuelto a evocar los deseos del ayer.
con el deseo arraigado y vehemente,
y preso de esta lujuria
escribo estos versos sin amor.
Rociabas errante por ahí esos dulces ojos,
esa inocencia plástica,
esos besos oceánicos,
en mi oasis sin pudor.
Soporté y lucí con orgullo
las llagas que tus dardos de miel
dibujaron, indiferentes,
en mi rostro anochecído.
Coleccioné en un cofre de rencor,
que quizá el viento ya se lo haya comido ,
las veces que cantaste
la melodía de la frigidez.
Y ahora, en esta celda sin rejas,
en este panteón sin muerto ni lamentos,
en este precipicio sin caída,
vuelto a evocar los deseos del ayer.