jueves, 12 de marzo de 2009

XXX

Con la pasión muerta y desgreñada,

con el deseo arraigado y vehemente,

y preso de esta lujuria

escribo estos versos sin amor.


Rociabas errante por ahí esos dulces ojos,

esa inocencia plástica,

esos besos oceánicos,

en mi oasis sin pudor.


Soporté y lucí con orgullo

las llagas que tus dardos de miel

dibujaron, indiferentes,

en mi rostro anochecído.


Coleccioné en un cofre de rencor,

que quizá el viento ya se lo haya comido ,

las veces que cantaste

la melodía de la frigidez.


Y ahora, en esta celda sin rejas,

en este panteón sin muerto ni lamentos,

en este precipicio sin caída,

vuelto a evocar los deseos del ayer.

martes, 3 de marzo de 2009

Insania

Tú y tus montes empinando mi elocuencia,
tocan los acordes de esta dulce demencia.

Aveces río mirando mi reflejo en mis manos
me canta una verdad a la que no le entiendo la melodía
es el miedo a encontrarme conmigo mismo
es el miedo de darme cuenta lo que soy para ti, para mi, para ti

¿Recuerdas esa noche en que te pinté el cielo con tantas promesas?
Yo no
¿Recuerdas esa noche en que casi me ahogo en tu mirada?
Yo no sé si fue verdad...

Lloró el reloj una y mil veces más,
lloró de amor o de dolor
al final es lo mismo,
al final es lo mismo

Lloré con él también.

Tú y tus montes empinando mi elocuencia,
tocan los acordes de esta dulce demencia.